Tradicionalmente se cuenta que la Cueva de Santa Ana era la salida de un túnel que cruzaba la población, desde el Castillo, para poder escapar de la fortaleza en caso de asedio.
La aparición de bodegas o enlaces de unas viviendas con otras, a través de las mismas ha alimentado esta idea, lo mismo que la existencia de poternas en los castillos, puertas falsas o comunicaciones con algunos edificios emblemáticos (como las iglesias) o vias de comunicación.
Actualmente pueden observarse las estructuras del espacio constituido como una bodega o lagar, íntimamente relacionado con la economía familiar, además de la fabricación de vino y el almacenaje de otros víveres, productos de la matanza, o de agricultura al igual que conservas de los mismos.